Tercer Domingo del mes de Julio, se nota el periodo vacacional, pues aunque la afluencia los sábados es nutrida, hoy hemos aparecido para hacer la ruta prevista en el calendario 16 unidades, (que tampoco está nada mal). El caballero Fernando Gómez llegó tarde por culpa de un pinchazo, y una vez alcanzada la cola del grupo aún en Málaga, volvió a tener un pinchazo que se convirtió en cubierta rajada, por lo que tuvo que volverse a casa, (te apuntas dos en el ranquing de pinchazos). Con retraso re-emprendemos camino y parecía que queríamos recuperar el tiempo perdido, pues ya el la bajada de la cuesta de El Viso se marco un ritmo que hizo que en Campanillas ya fuera el grupo fraccionado. En este punto quiero recordar que durante el tramo controlado debemos adoptar una velocidad que permita que todos podamos marchar juntos, y que hasta que no se llegue al tramo libre, no debemos rodar a todo lo que cada uno pueda o quiera. Se comenta por parte de algunos asistentes que seria una buena idea para a portar al calendario del próximo año, que quede reflejado en este, los tramos libres de las distintas rutas. Por el camino se incorporan al grupo José María Rojas y Miguel Higueras, por lo en la parada a desayunar en Zalea somos 18 unidades. Vuelta para Málaga agrupados hasta la rampa del túnel de Pizarra donde de nuevo se vuelve a fraccionar el grupo. Se rueda con fuerza hasta la rotonda de PTA donde se da la orden de esperar a los rezagados para entrar todos juntos en Málaga. Alguno por obligaciones familiares avisa de que sigue solo, y sin mas novedades queda concluida la etapa.
Para la semana que viene tenemos una etapa de las denominadas "clasica" en la provincia, la subida al repetido de Mijas, (Cerro del Moro), os dejo enlace de altimetrías para que valláis haciendo cuerpo unos, y la boca agua otros, (los menos). http://www.altimetrias.net/aspbk/ListadoPuertos.asp?Provincia=29
P.D.: Disculpad la mala calidad de la foto, está sacada del móvil.
José María "Farma"
El roce no hace el cariño
El roce hace rozaduras
19 jul 2011
MOCLINEJO
El sábado la ruta era algo más corta de las que venimos haciendo últimamente, en torno a 90km, con el puerto de Moclinejo como dificultad más destacada. En principio, todo hacía presagiar que pasaríamos un buen día de ciclismo.
En un número superior a 25 unidades, cogimos dirección a Rincón de la Victoria. La salida de Málaga fue tranquila, y del mismo modo se hizo el tramo de autovía antes de La Cala. Una vez en Rincón, y tras comprobar que el corte de la avenida principal del pueblo por la feria, iba a ser el domingo, giramos a izquierda hacia Benagalbón y Moclinejo.
La ascensión se hizo tranquila. Agrupados hasta Benalgalbón, para a partir de ahí irse disgregando el grupo. Cada uno se adaptaría a sus fuerzas y a su ritmo de subida, como es lógico y normal.
Tras algunas dudas de si parar el Moclinejo o no, se siguió hasta el alto del puerto, dónde se hizo la parada oficial, esperando a todos los componentes del club. De allí, bajada vertiginosa hacia Almáchar, y luego hacia Vélez.
En éste tramo fue dónde se dio la incidencia más desagradable del día. El benjamín del grupo, Víctor, metió un poco la rueda en la cuneta, resbaló y cayó. Su padre Álvaro, que iba justo detrás, no pudo frenar y se vió también involucrado. Cuando yo llegué a la altura de los accidentados (es lo que tiene bajar como Frank Schleck, por lo lento quiero decir), me asusté bastante. Vi un coche parado en el arcén, y a todo el mundo delante. Lo primero que pensé es que habían atropellado a alguno de nosotros.
Luego, una vez visto que no, parecía que Víctor no movía el brazo, con lo que pensé en clavícula. Afortunadamente, la cosa quedó en chapa y pintura, tanto para Álvaro como para Víctor.
En el coche iba una chica, que debió de ver el incidente y se ofreció a llevar a los accidentados a Vélez. Se declinó amablemente su ofrecimiento, ya que Álvaro ya había llamado a la madre de Víctor, e iba a ir a recogerles. Se quedaron con ellos Salvador y Eduardo. Los demás nos dirigimos, con mal cuerpo, a Torre del Mar.
Desde allí, y una vez hecha la parada reglamentaria, se voló camino a casa. Yo iba tocadito por un grano muy gracioso que me salió la noche antes en un “lugar complicado” y no quería forzar, así que deje marchar al grupo. Me quedé con Felipe, Pepe y alguno más. Nosotros llegamos bien a Málaga, sin mayores incidencias.
Por supuesto, no quiero finalizar éstas líneas sin desear, de nuevo, una pronta recuperación a los accidentados de ésta semana, y a los que llevan ya varias en la enfermería. A todos, Víctor, Álvaro, Cris y Antonio. ¡Volved pronto!
Quique.
En un número superior a 25 unidades, cogimos dirección a Rincón de la Victoria. La salida de Málaga fue tranquila, y del mismo modo se hizo el tramo de autovía antes de La Cala. Una vez en Rincón, y tras comprobar que el corte de la avenida principal del pueblo por la feria, iba a ser el domingo, giramos a izquierda hacia Benagalbón y Moclinejo.
La ascensión se hizo tranquila. Agrupados hasta Benalgalbón, para a partir de ahí irse disgregando el grupo. Cada uno se adaptaría a sus fuerzas y a su ritmo de subida, como es lógico y normal.
Tras algunas dudas de si parar el Moclinejo o no, se siguió hasta el alto del puerto, dónde se hizo la parada oficial, esperando a todos los componentes del club. De allí, bajada vertiginosa hacia Almáchar, y luego hacia Vélez.
En éste tramo fue dónde se dio la incidencia más desagradable del día. El benjamín del grupo, Víctor, metió un poco la rueda en la cuneta, resbaló y cayó. Su padre Álvaro, que iba justo detrás, no pudo frenar y se vió también involucrado. Cuando yo llegué a la altura de los accidentados (es lo que tiene bajar como Frank Schleck, por lo lento quiero decir), me asusté bastante. Vi un coche parado en el arcén, y a todo el mundo delante. Lo primero que pensé es que habían atropellado a alguno de nosotros.
Luego, una vez visto que no, parecía que Víctor no movía el brazo, con lo que pensé en clavícula. Afortunadamente, la cosa quedó en chapa y pintura, tanto para Álvaro como para Víctor.
En el coche iba una chica, que debió de ver el incidente y se ofreció a llevar a los accidentados a Vélez. Se declinó amablemente su ofrecimiento, ya que Álvaro ya había llamado a la madre de Víctor, e iba a ir a recogerles. Se quedaron con ellos Salvador y Eduardo. Los demás nos dirigimos, con mal cuerpo, a Torre del Mar.
Desde allí, y una vez hecha la parada reglamentaria, se voló camino a casa. Yo iba tocadito por un grano muy gracioso que me salió la noche antes en un “lugar complicado” y no quería forzar, así que deje marchar al grupo. Me quedé con Felipe, Pepe y alguno más. Nosotros llegamos bien a Málaga, sin mayores incidencias.
Por supuesto, no quiero finalizar éstas líneas sin desear, de nuevo, una pronta recuperación a los accidentados de ésta semana, y a los que llevan ya varias en la enfermería. A todos, Víctor, Álvaro, Cris y Antonio. ¡Volved pronto!
Quique.
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