A ellos se añadió Antonio Mora, renqueante de la columna, y que se presentó en la salida con intención de salir a rodar, teniendo que retirarse mucho antes de los deseado.
Pudimos saludar y felicitar a nuestro más aguerrido miembro del club, Paco Garrido, por su reciente y exitosa participación en la Marmotte, con los puertos de Glandon, Telegraphe, Galibier y Alpe d’Huez.
Tomamos rumbo a Torre del Mar y Vélez, a ritmo cómodo y disfrutón, guardando fuerzas para la subida a Canillas. El grupo fue en general compacto hasta los toboganes del tramo Vélez-Trapiche-inicio de la subida, en donde se empezó a disgregar por las propias pendientes del recorrido.
En el tramo libre de la subida a Canillas, donde ya se había vuelto algunos para Málaga, cada uno a su ritmo. La subida es cómoda y constante, sin pendientes muy exageradas en ningún tramo. Perfecta para exprimirse un poco. Una vez repostados en la plaza del ayuntamiento de Canillas, tomamos camino a Vélez. En la bajada, se registró la única incidencia de la que tuve noticia, un pinchazo de Pedro, que supo solventar bien sin caerse (mucho ojo con los pinchazos y reventones bajando, que los carga el diablo).
Tras la parada para reagruparnos de nuevo, y posterior paso por Vélez, se empezó a acelerar, y ¡de qué manera!. A 45 y 50 km/h llegamos a circular en algunos tramos entre Torre del Mar y Chilches. Una vez entrados en Rincón de la Victoria se aflojó algo el ritmo, a causa del mayor peligro y la incertidumbre de atravesar una población playera a las 12 del mediodía de un sábado.
Y de ahí, a casa algunos, otros al CDR sugerido por Felipe, y otros (que de todo habría), a alargar algo la etapa.
Por cierto, hacer constar que ésta ha sido, si no me equivoco, la primera salida de Jesús Orca y Toni (Apache), como socios del club.
Espero que perdonéis las pocas fotos que hay, pero no tenía previsto hacerlas. Si eso el próximo sábado, y en ausencia de Juan, intentaré prodigarme más.
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