Finalmente
fuimos doce los compañeros del C.C. Ferroviario que hemos viajado a Ceuta para
disfrutar de lo que iba a ser un buen día de cicloturismo.
Como no todo
iba a ser bici, los primeros llegaron el viernes a medio día con ganas de
disfrutar de la gastronomía caballa y de lo que la Ciudad nos ofrece, que no es
poco….turismo, ocio y la hospitalidad de sus gentes…
Después del
almuerzo, del té en Benzú, de un rato de descanso en el hotel y de unas cañas y
unas tapitas por la noche, nos vamos a dormir no demasiado tarde, esperando que
el Sábado temprano llegaran el resto de los valientes viajeros. No sin algo de
retraso causado por el barco, desembarcaron en Ceuta sobre las 9:30 de la mañana
los otros nueve compañeros…, faltaba Cris, que finalmente dejó la bici en
Algeciras por problemas con el embarque y también por el estado de su maltrecha
flaca…… por lo que decidió pasar en Ceuta un fin de semana dedicado al ocio, en
compañía de su familia, que también viajó y de los demás compañeros que
estábamos allí.
Ya en el punto
de encuentro donde habíamos quedado con los compañeros de Ceuta que habían
decidido acompañarnos y después del tradicional desayuno previo a la ruta,
partimos aproximadamente 35 ciclistas, lo que en Ceuta se presentaba novedoso,
ya que no es habitual grupetas tan numerosas los fines de semana…. El día
amaneció cubierto por nubes bajas de levante que dejaban un ambiente fresco
pero agradable para nuestra ruta. Poco a poco iría abriendo para dejar paso a
un sol reluciente propio de las fechas en las que nos encontramos.
La ruta se
componía de 4 subidas, dos suaves y otras dos algo más exigentes, que
completaban junto con el resto de la etapa los 83 Km previstos.
Se circulaba a
ritmo trotón en los tramos llanos con algo más de alegría en las subidas. La
primera ascensión se hizo a ritmo tranquilo por lo que no se hizo necesario
parar en la cima para el reagrupamiento previsto, ya que el grupo llegó entero
arriba. La bajada nuevamente hacia la Ciudad se hizo en grupo con especial
atención a que no se desmembrara, para evitar que especialmente los de Málaga,
pudieran perderse por las calles de Ceuta. Tras unos 15 kms de llano,
comenzamos lo que sería la primera subida a García Alvave, con un primer tramo
de cierta dureza donde todavía rodábamos más o menos agrupados, pero fue en las
primeras rampas tras el desvío a la derecha, donde se puso un ritmo alto, que
hizo que el grupo se partiera completamente. Se comentaba una vez arriba la
rapidez de la subida por parte de varios de los componentes de la grupeta de
Ceuta y los más inquietos del C.C. Ferroviario de Málaga. Tras esta subida se
produjo el primero de los reagrupamientos donde se ofreció a todos un suculento
avituallamiento a base de plátanos, dátiles, galletas y agua….. Una vez todos arriba,
iniciamos el descenso con precaución debido a lo irregular de la carretera en
algunos tramos. En esta bajada se produjo el pinchazo de dos compañeros de
Ceuta, a los que esperamos como es costumbre a que arreglaran la avería. Con el
grupo de nuevo compacto, nos dirigíamos a la segunda subida al Hacho, esta vez
por la cara norte, que se barajó a ritmo ligero pero debido a que no presenta
demasiadas dificultades, se llegó arriba con el grupo más o menos unido. Ya a
estas alturas de la ruta algunos compañeros de Ceuta y alguno de los nuestros habían
abandonado por diferentes motivos, por lo que el grupo se iba reduciendo,
contando desde este punto aproximadamente unas 25 unidades.
El día lucía
más luminoso a estas horas, aproximadamente las 13 horas, lo que dejaba ver
aunque no claramente, la belleza del paisaje local y las maravillosas vistas de
esta coqueta ciudad. Se había dejado para el final lo que era la subida más
bonita (a mi parecer) y que al final fue corroborado por la totalidad de los
compañeros de Málaga. Esta última ascensión se realizó en grupo, salvo algún
cachondo que subió parte ella enganchado al coche de apoyo, que gentilmente nos
había acompañado durante toda la ruta con el avituallamiento sólido y líquido
que había proporcionado la organización.
Sin más
contratiempos llegamos a la última cima donde nos hicimos la foto de grupo
compuesta por los que quedábamos.
Ya desde allí
nos dirigimos a las instalaciones del Parque Marítimo del Mediterráneo, donde
estaba previsto darnos un baño con su correspondiente ducha para después
recuperar fuerzas con el arroz que nos habían preparado en el Restaurante “La
Peña”.
Desde aquí,
sobre las cuatro de la tarde partieron hacia el puerto los cuatro compañeros
que volvían para Málaga en el día. El resto nos quedábamos en Ceuta hasta el
Domingo, pasando una agradable tarde en las instalaciones del Parque Marítimo y
una velada muy risueña en compañía de las mujeres y familiares que nos acompañaron
en este viaje.
Desde aquí
quiero agradecer a los que han hecho posible la realización de esta ruta: a mi
cuñado Juanfran, que en todo momento ha colaborado conmigo en todo lo que se me
iba ocurriendo, a Alejandro, sufrido piloto del coche de apoyo, sin el que no
hubieran sido posible los avituallamientos y a Javier por sus magníficas fotos
que ya colgaremos en el blog para que podáis verlas.
No quiero
dejar de agradecer, como no podía ser de otra forma, a los compañeros que no
han querido dejarme solo en este antojo de llevar a este mi club, a mi tierra,
ellos saben la ilusión que me hacía, así que….muchas gracias a todos, esto ha
sido gracias a vosotros….
A eso de las 7:30 de la
mañana del sábado 8 nos dimos cita en el puerto de Algeciras Juan Arévalo, Manolo Medina, Manolo Toledano,
Fernando, Alberto, Jesús, Antonio Mora, Cris con su mujer e hija y un servidor.
Tras formalizar el tema de los billetes se nos echó el tiempo encima y
corriendo a embarcar por la bodega. Aquí fue cuando tuvimos el único
contratiempo y pagamos de novatos cuando
a la mujer de Cris y a su hija no les permitieron entrar con nosotros
por la bodega y las enviaron por una entrada que ya había sido cerrada. En
resumen, Cris se quedó con ellas en tierra y cogieron el siguiente barco una
hora más tarde, eso sí, ya sin bici y en plan turista.
Una vez en Ceuta nos
esperaban en la salida del puerto nuestros compañeros Eduardo, Jose Manuel y Juan
Carlos junto a con una buena representación del club ciclista de Ceuta que ya
nos habían gestionado un lugar dónde cambiarnos en el mismo bar en el que
desayunamos. Cargamos las mochilas en el coche de apoyo (desde aquí nuestro
agradecimiento a este sufrido compañero que estuvo en todo momento pendiente de
todos) y comenzamos la ruta dirigidos por Juan Fran (cuñado de Juan Carlos).
Rodamos poco más de 80 Km
subiendo los puertos de montaña de Ceuta: Monte Hacho y el García Aldave. Ambos
por sus dos vertientes en una jornada marcada por la niebla que en un principio
nos privó de unas vistas espectaculares, aunque en la segunda parte de la etapa
se disipó un poco y entre nube y nube pudimos disfrutarlas.
Se rodó a un ritmo muy
agradable procurando no hacer demasiados cortes y reagrupando en cada una de
las cimas.
Terminamos la jornada
ciclista en el Parque Marítimo Mediterráneo (muy bonito por cierto) donde nos
dimos una ducha y nos dispusimos a almorzar junto a algunos de los compañeros
de Ceuta y las familias. Tras compartir mesa y mantel nos hicimos unas risas y concluido el postre
Juan, Jesús y “los Manolos” se despidieron, pues tomaban de nuevo el barco de
regreso a Algeciras.
Ya por la noche Juan Carlos
y Nuria ejercieron de perfectos anfitriones acompañándonos a cenar y a tomar
unas copas,y por la mañana paseíto en barco por todo el litoral ceutí y
cervecita antes de embarcar de nuevo hacia Algeciras.
No
puedo más que agradecer a Juan Carlos a
Nuria, su mujer, y a toda su familia y amigos de Ceuta el trato que hemos
recibido.José María Rojas
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