Pasada las 08:00 am estoy en la puerta de la casa de Fernando para recogerlo, destino puerto deportivo de La Línea donde se encuentra amarrado el velero MANÁ propiedad de sus primos José Luis y Juan Esteban, dos lobos de mar. En menos de dos horas llegamos a La Línea, en la cafetería del puerto deportivo nos esperan nuestros compañero de travesía y singladura, en total seremos 9, yo soy el único novato pero me siento bien arropado, con un capitán de marina mercante, tres patrones de embarcaciones recreativas y dos de embarcaciones pesqueras. Desayunamos y aprovechamos para tomarnos una BIODRAMINA. Sin más preámbulos embarcamos y zarpamos. Primeras maniobras a motor para salir de puerto y en cuantos estamos en aguas abiertas el patrón da la orden de izar la vela mayor. Navegación mixta a vela y motor mientras pasamos junto al Peñón de Gibraltar, en cuanto perdemos la protección natural de la roca izamos la Génova, comienza la diversión.
Cruzamos el estrecho
en dirección a Ceuta en navegación pura a vela, la velocidad es entorno a los 8
nudos y las rachas de viento de levante que tenemos hacen que en todo momento tengamos
que estar haciendo correcciones de rumbo. Unas dos horas y media es lo que nos cuesta
llegar a nuestro puerto de destino, en ese tiempo el Ferri de Algeciras hace 3
veces el trayecto, pero no tiene nada que ver, no obstante impresiona ver la
ola de espuma que levanta tras su paso las turbinas que lo propulsan, creo que
unos de los compañeros comento que sus motores generaban una potencia de 4000
caballos necesarios para alcanzar los 35 nudos de velocidad máxima, (65 km/h).
De nuevo se escucha la voz del patrón en el cofre, “señores
recogemos velas”, y nos levantamos y con
precisión como si lo hubiésemos realizado durante toda nuestra vida, bajamos la
mayor y enrollamos la Génova, se enciende el motor y entramos en el pequeño
bonito y coqueto puerto deportivo de Ceuta. La experiencia de nuestro patrón
hace fácil lo difícil y con dos golpes de motor y manejando con precisión el
timón atracamos, estamos de nuevo en tierra. La pastillita ha tenido que hacer
su trabajo pues no tenemos ningún síntoma que nos haya hecho perder ningún momento
de la experiencia, (no podemos decir lo mismo de otros compañeros, que aun
siendo mas experimentados el estomago les jugo una mala pasada, pero según nos
comentaban hasta el mas veterano alguna vez había tenido que ir a popa a darle
de comer a los peces del estrecho.)
Ceuta, perla del Estrecho, coqueta y estratégica, un bullir
de gentes por sus calles, recorremos sus arterias principales impregnándonos de
su esencia característica, visitamos su mercado y nos quedamos maravillados con
la cantidad y calidad, (también el precio), de sus puestos de pescado, esto no
se encuentra en la península ni siquiera en las localidades vecinas de en
frente, algún compañero aprovecha y realiza compras ventajosas. No dirigimos
hacia el restaurante donde vamos a almorzar.
Tras degustar la magnifica comida y bebida en un ambiente de
franca camaradería, nos disponemos a emprender el regreso, no obstante hay que
dejar reseña de uno de los platillos que degustamos. Aunque la comida fue en su
totalidad a base de productos del mar, hay que reseñar que comimos unas papas
fritas con un aliño especial que fueron la delicia de todos los comensales.
Estamos de nuevo a bordo, y dispuesto a disfrutar otra vez
de la gozada de cabalgar sobre las olas, (es la diferencia que hay entre
la navegación a vela y a motor, esta última va rompiendo las olas). En esta
ocasión tenemos que sortear grandes barcos que se cruzan con nosotros. Indicando
con nuestro rumbo sus popas, es información más que suficiente para que las
maniobras se realicen sin ningún peligro ni duda. Durante un buen rato navego
de pie sujeto a uno de los tensores del palo mayor disfrutando de la navegación
y de los Delfines que vienen jugando con nuestra proa. En el cofre de nuevo
conversación animada, chistes y chascarrillos amenizados por cubatas y
pacharanes que hacen disfrutar de la travesía mas si cabe.
Llegamos a la bahía de Algeciras anocheciendo, (otra
experiencia inolvidable), las luces nos rodean y el ambiente que crean es mágico, volvemos a navegar a
motor, el viento ha caído en intensidad y de nuevo estamos al cobijo del Peñón.
No sin pena realizamos las maniobras de recogida de velas y atraque en el
puerto, aunque intensa no me hubiese importado que la experiencia continuara,
pero todo tiene que acabar. Café en el bar del club, despedirnos de nuestros
anfitriones y compañeros de singladura, y sacar la promesa de no dejar pasar
mucho tiempo para poder repetir.
Tras hora y media de conducción nocturna y amena charla de
regreso, dejo a mi compañero de fatigas en su casa, gracias “Fer” por haberme
invitado a disfrutar de esta experiencia, gracias que obligadamente tengo que
hacer extensivas a José Luis y Juan Esteban, con su pericia y experiencia han
hecho posible que disfrutáramos todos de esta inolvidable experiencia.
A ti querido lector de este blog te recomiendo esta
experiencia encarecidamente, si tienen la posibilidad no la dejes escapar, es
una experiencia CON2WEB, CON LO QUE PODAMOS HASTA QUE PODAMOS.
4 COMENTARIOS:
Compañeros,envidia sana al ver vuestra espectacular experiencia en alta mar. Farma,gran crónica y muy buenas fotos(sobretodos las que luciis nuestro logo,jejeje).
vaya velerooo envidia sana espero que lo hayais disfrutado compañeros un saludo
EELICITACIONES TONI por tu nueva hija. Saludos
toni felicidades enhorabuenaa
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