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30 jul 2012

SIERRA NEVADA-VELETA. UN SUEÑO CUMPLIDO


Desde pequeño, cuando veía a los Perico, Laguía o Marino jugarse las Vueltas en las carreteras, y sobre todo en la Vuelta de 1986, cuando Álvaro Pino cimentó su victoria en la subida granadina, tenía el sueño de subir a Sierra Nevada. Sueño que en parte empecé en el año 1997, cuando estudiaba en Granada, y me subí por mi cuenta en bici de carretera camino de Pradollano. Entonces llegué a duras penas, a la rotonda de entrada a la urbanización, por lo que se puede decir que estaba casi virgen en la subida, a pesar de haberla hecho muchísimas veces en coche para ir a esquiar.



El sábado pasado cumplí ese sueño de la infancia. A las 6:40 estábamos en Vialia, de noche, esperando el bus con remolque para dar cabida a los 40 y a nuestras respectivas flacas. Saludos, repaso de legañas y algo más tarde de las 7:00, tomamos camino de Cenes de la Vega. Tras algún breve intento de coger el micro por el camino, en dónde comprobamos que alguno tiene memoria algo débil para los chistes, llegamos a las proximidades de Granada, en dónde Jose Mª Farma tomó el micro y nos dió las últimas instrucciones. Una vez acabadas, pistoletazo de salida para irnos preparando con el ritual habitual: pulsómetro, comida, gafas, casco, guantes, etc.



Llegamos a Cenes y descargamos bicis. La gente va saliendo por grupos. Yo espero al último por solidaridad con Jose Mª que se ha dedicado a descargar todas las bicis. En total, creo que se hicieron tres grupos. Poco después de iniciar la subida desde Pinos Genil, nos unimos los dos últimos grupos, del que se van descolgando los que piensan tomarse la subida con más tranquilidad. Por delante, "2 Reinas y pico", con lo que era desde luego muy aconsejable ir poco a poco y con paciencia. Vamos superando los iconos de la carretera que recordaba de mi infancia: hoteles, ventas, "la Casita de Blancanieves", el cruce del Purche, etc. Ya cerca de Pradollano, uno de los integrantes de mi grupo se detiene a "plantar un pino".







En la urbanización de Pradollano, nos hacemos las fotos de rigor a la entrada, y Edu Pascual, Gabriel, Juan Carlos y yo entramos a reponer agua e isotónico. Queríamos haber subido a la zona de la barrera y la Hoya de la Mora por la urbanización, pero nos encontramos en la puerta del Sol y Nieve con que el último tramo es sólo bajada, con lo que hay que volver hacia el cruce de entrada. Allí llevamos agua para los compañeros que van detrás. Les esperamos e iniciamos el último tramo juntos. Pero se nota que nosotros hemos descansado y ellos no. Enseguida nos volvemos a quedar solos "en cabeza" Juan Carlos, Gabriel y yo. Tomamos cruce a derecha buscando el Centro de Alto Rendimiento, y así hacer la última parte de la urbanización al menos. Encontramos el camino y seguimos hacia arriba. Ya casi arriba, en la barrera, dónde se nota la altitud, nos detenemos en el cartel de 2.500 m de la carretera, foto y seguimos un poco más, "al menos hasta la Virgen". Pasamos la barrera y justo después, a las casi 3 horas de haber iniciado la ruta en Cenes, nos empieza a castigar el viento de cara, a la vez que vemos que el firme está regular tirando a mal, al menos para ir en bici de carretera. Visto el plan, desistimos de seguir más arriba, y nos volvemos a la explanada de las proximidades de la barrera, y sobre todo porque era casi la 1.



Allí nos juntamos unos cuantos compañeros, contando las incidencias del día. Nos abrigamos y a las 13:45 más o menos, esperando a todos, vamos bajando por grupos. Descenso por buena carretera y rapidísimo. En 45-50 min estábamos abajo, aunque eso sí, con las manos reventadas del descenso.



Empezamos a tomar tapas y cañas, llega el bus, cargamos bicis, nos acicalamos y a seguir comiendo. Vemos la calificación de la F1 y la prueba en ruta de los JJOO.

Después de un agradable rato, retornamos a Málaga, montándose en el viaje un botellón improvisado, o tal vez no tanto, en la parte trasera del bus. Y con las habituales bromas se llegó a casa.

No querría acabar el texto sin dar las gracias al compañero Jose M. Álvarez, "Farma", que se ha currado ésta excursión hasta el agotamiento, en una labor muy poco agradecida por lo general. Como creo que es justo que se diga, ahí van mis palabras de reconocimiento hacia él.

 
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