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12 ago 2012

VUELO LIBRE

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Dura y apasionante jornada de parapente que tuve la ocasión de vivir este pasado sábado. La mañana, de sofocante calor, la dediqué a campa, aprendiendo a levantar la vela para despegue, una de frente y la segunda parte de la mañana para levantar la vela de espaldas. Es la parte más dura y agotadora, el viento cambiante dificulta obviamente la levantada del parapente. Esta primera parte práctica la hicimos en campos situado entre el Valle de Abdalajis y la Joya.
Durante el mediodía nos refugiamos en un hotel a las afueras del Valle, almuerzo y baño refrescante en la piscina. Clase teórica a los postres, localizando el emplazamiento para intentar volar a la tarde según las previsiones de viento, decidiendo el monitor que sería en la montaña de La Capilla a partir de las 18:00 horas, que se esperaba que entrase viento local de poniente. 
Nos dirijimos por la carreterita de Gobantes, y justo en la pared montañosa donde hay una enorme cueva que hemos podido ver desde la carretera cuando hemos hecho la etapa de los pantanos, sería el sitio de despegue, y el de aterrizaje se marcó abajo cerca de la misma carretera con una manga, cerca de un caserío.
Arriba se cambió de sitio la vela y se optó por llevarlo a otra ladera con mayor desnivel pues el viento no era constante. Desde las 19:03h. y hasta las 20:00 horas estuvimos en el biplaza, preparados esperando que el viento de poniente entrase en aquella dirección, de modo que esa hora a pleno sol, con 40º, y solo oyendo los inconstantes pitidos del altivario, se hacían muy pesados, solo tenía que esperar la orden del experto piloto Juanma para comenzar a correr hacia el precipio lo más fuerte y rápido posible, pero los minutos pasaban y el viento era inconstante, o entraba lateral y la vela no inflaba. Por fin dice de arrancar y solo dos pasos y estaba flotando, una sensación muy agradable, esperaba que fuese muy distinta, y silencio, solo el zumbido fuerte del viento. Los otros dos compañeros esperaban en tierra junto con el monitor para intentar despegar después de nosotros. 
En el aire comencé a hacer fotos, nos acercamos a la pared casi vertical de La Capilla y el parapente hizo una plegada, que simplemente al oirla me imaginaba que el apacible vuelo cambiaría en esos instantes, y no me equivoqué, zarandeo de izquierda a derecha,  ascenso y descenso en menos que segundos, sonó la radio y nos preguntaba desde tierra Alejandro, el monitor, qué pasaba, pero la experiencia de Juanma superó el momento más delicado del vuelo y le respondía que hubo una inesperada y fuerte plegada por descompresión de la parte derecha de la vela. En esos momentos el estómago si que siente el vuelo, pero se superó, continuamos acercándonos a los pantanos, tomé algunas fotos, y podíamos ver la laguna de Fuentepiedra. Unos minutos después vuelve a llamar por radio el monitor para advertir al piloto que teníamos a nuestra derecha aproximándose un helicóptero, otro cambio inesperado y radical, se acercaba un helicóptero de extinción de incendios que iba a los pantanos. En ocasiones tomaba fotos debajo de mis pies, pero la sensación del vacío era impresionante, parecía que me iba a colar entre las sujeciones del arnés. El aterrizaje fue muy suave.

Bueno, me he permitido publicar está crónica pues se que en este Blog tiene acogida cualquier disciplina   o reto deportivo, su lema lo dice "con2web, con lo que podamos hasta que podamos". 
Saludos. 
P.D. los otros dos compañeros que tenían que volar no tuvieron mi suerte, tuvieron que plegar velas y volvernos al Valle de Abdalajis, menos mal que ellos, Nick y Antonio, ya habían podido volar en otros días anteriores
 
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