Con los correspondientes reagrupamientos, y sin mayores incidencias de las que tenga noticias, se fueron completando las cimas previstas: El Atabal, La Minilla, Conde de Ureña, Los Almendrales, Gibralfaro, Cerrado de Calderón, San Antón y Olías hasta el km3. Como es lógico, cada uno a su ritmo y capacidad.
Y el domingo, etapa totalmente distinta. Llana casi en su mayor parte, a excepción de los toboganes entre Trapiche y Benamargosa. En total, me salieron 102 km, hechos a buen ritmo por los dos grupos en los que se dividió el grupo, menor que en sábado. Tras la clásica parada en Benamargosa para reponer fuerzas, y sobre todo con el día de calor que tuvimos, se retomó rumbo a casa, con algo de viento en contra, y por el mismo camino de la ida. Sin incidencias en el día, a excepción de una breve besada de suelo de algún compañero en el primer semáforo de la ruta, aún en la Explanada de la Estación. Con éstas, se llegó a casa.
No querría acabar ésta "mini-crónica" del fin de semana sin dedicar unas palabras a nuestro querido compañero Jesús Martos, que está pasando momentos complicados, y al que doy (y estoy seguro que hablo por todos), todo mi apoyo para salir de ésta.
